Hoy es un día importante para la seguridad de todos. Era el 15 de marzo de 1968 y una idea nuestra quedaba reconocida por una patente. ¿Qué era? En términos técnicos, el obturador Sicury, que impedía contactos accidentales con piezas bajo tensión. En términos prácticos, la seguridad de nuestros niños, que desde ese día ya no corrían el riesgo de poner los dedos en los tomacorrientes. Una revolución en el sector eléctrico que luego el mercado adoptaría como estándar normativo.
Así, la patente Vimar se ha convertido en sinónimo de seguridad, y la vida de los niños y de los padres ha pasado a ser más tranquila.